Hoy nos hemos ido a dar una vuelta por algunos de los barrios más legendarios de nuestra ciudad. Algunos los llaman los barrios de oro porque se construyeron hace unos 50 años: Zaramaga, Abetxuko, Adurza, Ariznavarra y Coronación. Caminamos por sus calles, miramos sus viejos edificios, entramos en sus bares típicos y en sus tiendas de toda la vida, nos sentamos en sus plazas y vemos pasar a sus gentes. Suficiente para percibir la solera de unos barrios que nacieron para dar un impulso definitivo a esta ciudad y se convirtieron en parte de la misma. Allí se desarrolla la vida real, lejos de la señorial Calle Dato, de la imponente Avenida-Gasteiz o de las zonas nobles del sur.
Cualquiera se da cuenta de que la fotografía de estos barrios ha cambiado mucho en estos 50 y pico años. Llevaban a sus hijos al colegio Samaniego, iban a trabajar a Sidenor, veían pasar militares que salían del Hospital militar, bajaban a jugar a fútbol a La Vitoriana, tomaban vinos en el Bar Jandrín de la Calle Ariznavarra e iban a misa a la iglesia de San Cristóbal.
Hoy, donde se estaba la fábrica siderúrgica se levanta el centro Comercial El Boulevard; La Vitoriana se ha convertido en una moderna instalación deportiva con campos de fútbol de hierba artificial; muchos bares y comercios han cerrado porque sus propietarios ya se jubilaron; los militares han dejado paso a los estudiantes que van a la Universidad; y los domingos la gente va a pasear por el anillo verde.
También han habido otros cambios. Las calles están más limpias, hay más jardines, los autobuses conectan a estos barrios con toda la ciudad, los centros cívicos vertebran la vida social, cultural y deportiva y nuevos edificios van rondeando a los barrios de oro atrayendo a gente joven.
Un paseo por la calle Cuadrilla de Zuia, por la Calle Ariznavarra, por la Calle Cruz Blanca, por Paseo de la Zumaquera o por la Plaza Mayor de Abetxuko confirman que el tiempo ha pasado y el cambio ha llegado a estos barrios.
Sin embargo, hay cosas que no están a la vista y que también forman parte de la vida de Zaramaga, Abetxuko o Ariznavarra. Cuando se construyeron estas viviendas, el paradigma del desarrollismo marcaba que lo importante era construir muchas casas, muy rápido. No se prestaba importancia a la calidad de la edificación ni mucho menos a la estética. Y no son cuestiones banales, porque influyen en la vida cotidiana de las personas que viven allí.
Estos barrios presentan problemas de accesibilidad a las viviendas. Muchos portales tienen barreras arquitectónicas en forma de escalones dentro del portal y lo que es peor, no disponen de ascensor. Subir 3 ó 4 pisos de escaleras varias veces al día resta autonomía a las personas, sobre todo a los más mayores o a las familias con niños pequeños.
En la mayoría de las casas hay que gastarse un pastón en calefacción para no pasar frío. Son construcciones de baja calidad con muros estrechos por los que el frío penetra fácilmente, sobre todo cuando miran al norte. Las puertas y ventanas presentan problemas de cierre con lo que es difícil evitar que entre frío del exterior; la mayor parte de ellas han sido cambiadas por otras más modernas y efectivas pero aislar el frío no sólo depende de su calidad. Un mal cierre puede deberse a que el marco de la puerta o ventana está desajustado. Una situación similar ocurre con los tejados, que presentan goteras o dejan penetrar fácilmente el frío por no estar bien aisladas. O con sistemas de calefacción ineficientes o calderas viejas que a la larga suponen un gasto innecesario en calefacción.
Más allá de que cada vecino pueda reformar el interior de la vivienda para actualizarla y vivir en un hogar más cálido y confortable con todas las comodidades que podemos tener hoy en día en nuestra casa, todo lo que hemos descrito supone una merma en la calidad de vida de las personas.
Estos barrios están siendo de objeto de planes y mejores sociales que aplaudimos. Y sin duda suponen una mejora en la calidad de vida de sus habitantes. Pero en tiempos en los que el RE de Renovar, reciclar o reutilizar está tan en boga, la Rehabilitación de edificios es otro eje de la mejora de las condiciones de vida de las personas. El Plan Renove del Barrio de Coronación es una buena noticia para todos los residentes y para la ciudad y ojalá pueda extenderse a otros barrios. Los barrios están formado sobre todo por personas. Personas que viven, que compran, que pasean, que juegan, que estudian y que trabajan. Pero esas personas viven en casa. Allí duermen, comen, ven la televisión, ríen, discuten, crecen…
Hay montones de fórmulas para que sus hogares sean más cálidos y confortables: colocar el ascensor para poder bajar a la calle cuando cada uno quiera; aislar la fachada para que no entre frío y se ahorre en calefacción; reparar el tejado para que no haya goteras; quitar las escaleras del portal para que el ascensor esté a cota cero y se pueda subir sin problemas el carrito de la compra; o rehabilitar la estructura del edificio para que puertas y ventanas cierren correctamente y no tengamos que dormir con 3 mantas por la noche. También hay ayudas y subvenciones para que los vecinos puedan afrontar el gasto que suponen estas intervenciones. ¿Apostamos por los barrios de oro?