Aunque parezca una lata, reformar tu portal o el edificio en el que vives tiene un montón de ventajas. Seguro que algunas de estas te suenan:
1. Adiós a las sesiones de halterofilia cuando llegamos con el carro de la compra
Vale, está bien porque nos ahorramos el gimnasio, pero la mejor manera de ponerse en forma no es subir por las escaleras del portal el carro, las siete bolsas del súper y el pack de leche con seis bricks. Ya va siendo hora de poner el ascensor a cota cero, verás qué cómodo es. Y en el gimnasio se conoce a gente y uno se pone en forma.
2. Podrás expulsar a los pingüinos del cuarto de invitados
Si una manada de simpáticos pingüinos se está aprovechando de que en una de las habitaciones de tu casa hace siempre un frío que pela, ya puedes invitarles a que vuelvan al polo norte. Aislando la fachada de tu casa, especialmente si da al norte, conseguirás una mayor eficiencia energética. Vamos, que tu hogar será más cálido y confortable.
3. La vecina del sexto quedará anulada en las reuniones de vecinos
Si la vecina del último piso lleva años dando la brasa en las reuniones de vecinos porque tiene goteras….. pues bueno, igual es que tiene razón porque es muy habitual cuando un tejado tiene cierta antigüedad. La mejor manera de acabar con sus quejas es reformando el tejado y las cubiertas. Un buen aislamiento y el consiguiente cambio de tejas anularán sus monólogos de las reuniones de vecinos para siempre.
4. Podrás dejar de ver la tele con el jersey de punto que te regaló tu abuela
E incluso comprarte uno nuevo, o un plumas, pero para salir a la calle, no para estar en casa. Con una vivienda bien aislada, que evite fugas de calor por las ventanas y con una caldera eficiente, el ahorro en energía será notable. Dinero que ahorras para estar calentito cuando sales a la calle.
5. Fin de los atascos en el portal
De eso que te has quedado cinco minutitos más en la cama, bajas con prisa a la calle y….. ¡zas! ahí te encuentras todo el batiburrillo. La abuela que baja las escaleras a pedo de burra, la señora con la silla del niño….. Imposible esquivarlos. Hay que armarse de paciencia y esperar a que el portal se vaya desalojando. Reformar el portal entre todos puede no salir muy caro y además de ser más cómodo para tí, mejora la accesibilidad para quienes más lo necesitan.
6. No más vendedores de enciclopedias
En una época en la que buscamos en Google hasta el teléfono de nuestra oficina o el trayecto más corto para ir a casa de nuestros padres, las enciclopedias han pasado a un segundo plano. Seguramente tengas una, y si quieres comprarla, preferirás ir a la librería y elegirla tranquilamente. Reformando el portal seguramente optéis por un videoportero de esos que te dejan ver quien llama al timbre. Así no se te cuela quien no quieres.
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